Bautismo del Señor
EVANGELIO DE SAN MARCOS 1, 7-11
En aquel tiempo proclamaba Juan:
Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco ni agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero el os bautiza con Espíritu Santo.
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo:
Tú eres mi hijo amado, mi predilecto.
Este domingo del Bautismo del Señor es frontera entre el Tiempo de Navidad y el Tiempo Ordinario. Es el final de celebraciones navideñas.
En el Bautismo se centra el misterio de nuestra vida: el pasado del pecado, el presente de hombres y mujeres nuevos con toda la esperanza ante la salvación. Hoy podíamos aprovechar para pedir al Señor que la gracia de que nuestro bautismo cale en nuestra vida, y seamos luz para los que nos rodean.
Todos estamos llamados a insertarnos y dar fruto en la Iglesia por medio del bautismo. Y tomar conciencia de que la tarea de todo bautizado es: vivir siendo signo, siendo luz; desterrar toda injusticia, buscar la hermandad entre los hermanos y ayudar a construir un mundo nuevo donde reine la paz y el amor. Es una bella tarea para meditar a lo largo del día hoy… y para todos los días.