III Domingo de Cuaresma
Pilato, Siloé, la higuera
En esta página del evangelio, Lucas agrupa tres palabras de Jesús, más precisamente dos palabras y una parábola. Todas apuntan en la misma dirección: las tres enfatizan la necesidad de convertirse cuando es el momento, cuando todavía hay tiempo.
Para el primer episodio, Jesús reacciona a la mala noticia que se le anuncia, y él mismo hace la pregunta: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido esto?» Da una respuesta en dos etapas: Por un lado, nadie puede decir tal sufrimiento, tal muerte fue para tal hombre un castigo; por otro lado, nadie puede quitarle a Dios el poder de retribuir a cada uno según sus obras.
Para el segundo episodio, Jesús añade la catástrofe que ocurrió en Siloé; y la enseñanza es la misma: su culpa no era mayor; nos dice que no veamos en su muerte un castigo, pero sí una invitación a la conversión. En cuanto a la parábola de la higuera, Jesús nos describe a cada uno de nosotros. Habla de la esterilidad del Evangelio en ciertos momentos de nuestra vida.